Un término que oirás en el mundo de la robótica es el de robótica colaborativa. ¿Qué entendemos por esto? Hoy te lo explicamos.
El término de robótica colaborativa y los robots de esta rama, conocidos como cobots, se usó por primera vez en 1999, uniendo los términos colaboración y robot.
Se entiende por Robótica Colaborativa aquella parte de la robótica que diseña dispositivos (robots colaborativos) que puedan trabajar junto a operarios humanos sin necesidad de barreras y cerramientos de seguridad. Es decir, van a poder trabajar, colaborar, junto a los humanos, en muchas ocasiones realizando tareas repetitivas, peligrosas o poco ergonómicas, facilitando así su labor.
Para ello, disponen de sensores inteligentes que les permiten interactuar con su entorno, como sensores visuales, de fuerza, de consumo, de presión, de colisiones…
Son, además, robots flexibles, que permiten reasignarse rápidamente, programarse y adaptarse a nuevas tareas de manera sencilla.
La seguridad del operario es una de las principales premisas de los robots colaborativos, pudiendo estos detectar posibles peligros y rectificar o desconectarse. Esto, y su capacidad de realizar tareas que el operador no pueda o no deba realizar, permite que los trabajadores se encarguen de procesos a los que puedan aportar más valor a la empresa. Esto consigue entornos más seguros, eficientes y automatizados.
La robótica colaborativa forma parte de la cuarta revolución industrial o industria 4.0, y los avances en los cobots hacen que ya puedan ser de uso común en empresas de todos los tamaños: pequeñas, medianas y grandes. El crecimiento de esta rama de la robótica es de un 60% anual, y se ha convertido en una herramienta clave para la automatización y optimización de procesos en todas ramas empresariales. De hecho, los cobots se han introducido en sectores donde, hasta ahora, no era posible.
¿En qué se diferencia un cobot de un robot industrial?
Los robots colaborativos, especialmente los que instalamos en Powerbots, tienen las siguientes características que los separan de los robots industriales clásicos:
- Instalación rápida.
- Programación sencilla
- Colaborativos y seguros.
- Flexibles y customizables.
Ventajas de los robots colaborativos.
Entre otras, estas son algunas de las ventajas de añadir estos robots en los procesos de las empresas:
- Reducción de riesgo de lesiones en los trabajadores. Ya sea por manipular cargas pesadas, esfuerzos repetitivos o exposición a virutas o gases.
- Automatización de procesos.
- Rendimiento constante. Las tareas pueden seguir realizándose más allá del horario laboral, con tareas programadas durante las 24 horas al día. Aumentando así la producción.
Es decir, los robots colaborativos son seguros, flexibles y adaptables, rentables, optimizan recursos, mejoran la seguridad y multiplican la producción en empresas de todos los tamaños.
Si tienes dudas de que lo robótica colaborativa puede ayudar a mejorar los procesos de tu empresa, no dudes en contactarnos.